Para algunas culturas, el día se acaba al atardecer, y comienza un nuevo día. Tiene sentido si pensamos que la luz del sol se ha ido, por lo que da la sensación de que se ha acabado el día.
Esta fotografía la tomé desde la azotea de un edificio, a medida que se iba oscureciendo tuve que disminuir la velocidad del obturador, lo que me significó estabilizar el pulso lo que más pude.
Canon T7i – Sigma 17-50mm f 2.8 EX HSM
Apertura: f 2,8
Lente: 17mm
Obturador: 1/8
ISO: 1600